Moody’s: «Perspectiva negativa de la calificación Caa3 de El Salvador refleja la opinión por un eventual impago»

En caso de impago, las pérdidas para los inversores podrían exceder a las típicas asociadas a una calificación Caa3, advirtió la agencia calificadora de riesgo

May 5, 2022 | 0 Comentarios

Moody’s bajó la calificación de riesgo a El Salvador como emisor de Caa1 y Caa3, con perspectiva negativa, y lanzó una advertencia a los inversores: las potenciales pérdidas excederían a las que usualmente sufren con otros deudores en similar situación crediticia.

La posibilidad de un “evento crediticio” en El Salvador es altamente grave, ya sea un impago, reestructuración o canje de deuda, valoró la agencia con sede en Nueva York.

Moody’s enumeró que el gobierno salvadoreño afronta una serie de problemas que deterioran su perfil como deudor: un calendario estrecho de amortización, financiamiento externo insuficiente, exceso de deuda local de corto plazo y una estrategia financiera sin claridad, regida por criterios políticos.

“El soberano se enfrenta a un difícil calendario de amortización de la deuda con vencimientos de bonos en 2023 y 2025 en un contexto de continuas tensiones de financiación y necesidades de financiación persistentemente elevadas”, argumentó la agencia.

“La perspectiva negativa de la calificación Caa3 refleja la opinión de Moody’s de que, en caso de impago, las pérdidas para los inversores podrían exceder las típicas asociadas a una calificación Caa3″, agregó la firma.

Uno de los principales motivos para la rebaja es “la falta de un plan de financiación creíble”. El Salvador tiene acceso restringido a los mercados y, aún cuando logre subsanar su vencimiento de US$800 millones en bonos en 2023, “el soberano continuará enfrentando presiones de financiación que comprometerían su capacidad de servir sus compromisos de deuda en su totalidad”.

Esto contrasta con la insistencia del gobierno salvadoreño en que el riesgo de impago es “prácticamento cero”, tal como lo ha señalado en múltiples intervenciones Alejandro Zelaya, ministro de Hacienda.

La última revisión de la deuda soberana salvadoreña de Moody’s data de julio de 2021, cuando la rebajó desde B3 a Caa1, con perspectiva negativa.

En enero de este año surgió una controversia entre Moody’s y el presidente de la República Nayib Bukele, originada por un tuit erróneo de un sitio de noticias según el cual la agencia había recortado la nota del país.

En ese momento, Bukele respondió con un “DGAF”, abreviaturas que en inglés significa un improperio.

Sin embargo, Moody’s salió a aclarar que, por lo menos en ese momento, mantenían su visión sobre la deuda soberana de El Salvador.

Sin rumbo claro

El Salvador no ha podido acceder a los mercados internacionales de deuda, pues se encuentra acorralado con importantes diferenciales de tasas de interés superiores a 2.200 puntos básicos. Ante ello, su salvavidas temporal ha sido la deuda interna de corto plazo.

Por el lado positivo, los ingresos fiscales subieron en 26,9%, pero esto es insuficiente para compensar las deficiencias. “Moody’s cree que las presiones de liquidez se intensificarán en la segunda mitad de 2022 y hasta el próximo vencimiento de bonos de US$800 millones de dólares en enero de 2023″.

Las necesidades de recursos equivalen a un 16,2% del Producto Interno Bruto, en tanto que la brecha de financiamiento rondan el 1% del PIB.

Además, la relación entre el servicio de la deuda y los ingresos ha alcanzado el 18,4% en 2021 y se mantendrá sobre niveles del 18% por lo menos hasta el año 2024.

Aún con este panorama, las decisiones del gobierno “han priorizado repetidamente las consideraciones políticas sobre las económicas”. Debido a ello, Moody’s encuentra una falta de previsibilidad sobre las estrategias del gobierno.

La calificadora tampoco puede adelantar qué condiciones buscaría el gobierno salvadoreño si convoca a una eventual reestructuración de la deuda.

Para salir del actual nivel de Caa3, El Salvador necesita proveer evidencias de que dispondrá del suficiente financiamiento para cumplir con sus compromisos.

“La incapacidad del gobierno de presentar medidas para aliviar las presiones de liquidez antes de un desafiante calendario de vencimientos de deuda, socavaría aún más el perfil crediticio de El Salvador”, reflexionó Moody’s.

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